miércoles, 7 de mayo de 2014

A la caza de los candidatos más activos en LinkedIn


Las agencias usan los cambios de estado en la red para escoger candidatos. 

Si encontrar una aguja en un pajar no es tarea fácil, aún menos lo es en un pajar en el que cada brizna de paja intenta desesperadamente parecer una aguja. Ese es el rompecabezas al que tienen que hacer frente las agencias de contratación y las empresas que utilizan LinkedIn, la mayor plataforma online de contactos, para buscar empleados. El volumen de datos en si mismo –tiene 300 millones de usuarios en todo el mundo– es abrumador. 

LinkedIn es distinto a las bases tradicionales de datos que los departamentos de recursos humanos han utilizado durante décadas; son los propios usuarios los que se venden, y pueden modificar sus currículos cuando lo deseen. Los cazatalentos no han tardado en reconocer cómo ha cambiado LinkedIn su enfoque. Neill Fry, de la firma británica especializada en la búsqueda de ejecutivos Edward Drummond, señala que la plataforma, especialmente en un entorno profesional, puede convertirse en una extensión de ti mismo. Las plataformas sociales han creado cantidades ingentes de información. Y los usuarios de LinkedIn están generando aún más cambiando sus perfiles, recomendándose y apoyándose unos a otros, y siguiendo a empresas. 

Selección 

El comportamiento del usuario, y su relación con las motivaciónes psicológicas subyacentes de éste, puede ayudar a los cazatalentos a hacer una criba. La idea es que si alguien cambia su perfil de LinkedIn, puede ser más receptivo a la idea de un nuevo trabajo. 

La agencia británica de empleo Hays terminó de ajustar su base de datos interna con LinkedIn en enero de 2013. Los empleados de la firma pueden recibir ahora actualizaciones en tiempo real cuando los candidatos potenciales modifican sus perfiles de LinkedIn. Estas notificaciones están diseñadas para sobreponerse al problema del «ruido» creado por las enormes bases de datos. "Es información que puedo utilizar con fines comerciales", señala Ian Clark, el responsable de contrataciones de Hays para mercados financieros británicos. 

Alistair Cox, el consejero delegado de Hays, da un ejemplo de otro valor que pueden aportar las actualizaciones. Describe a un candidato potencial que empezó a seguir a una compañía en LinkedIn –un signo de que está dispuesto a cambiar de empleo–. Hays recibió una notificación, contactó con el candidato y pudo colocarle en otro trabajo en tres días. 

LinkedIn señala que una de las principales ventajas que ofrece a los cazatalentos es "que la mayoría de sus miembros no buscan un nuevo trabajo de forma activa". 

William Vanderpump, un analista de UBS que el pasado septiembre escribió un extenso informe sobre el efecto perjudicial de LinkedIn para la industria de las contrataciones, explica que la gente cada vez es más consciente de que su comportamiento en la red podría ser interpretado. "La gente entiende el poder de LinkedIn y tiene reservas a la hora de cambiar su perfil porque conocen las señales que podría enviar a su empresa", explica. Paul Quain, un socio de la firma británica GQ Employment Law, apunta que los perfiles de esta red social cobrarán cada vez más importancia como evidencias en casos en los que los empleados dejen sus compañías. Se está formando un área gris legal con respecto a quién posee los perfiles de LinkedIn. 

"Una empresa tendrá ciertos clientes con los que el trabajador está en
contacto. Después de que ese empleado abandone la compañía, es posible que quieran decir que ‘no pueden contactar con ninguna de estas personas que son nuestros clientes’", explica.

Quain añade que, en algunos casos, el patrón de comportamiento real que puede observarse en LinkedIn podría utilizarse para decidir si un empleado ha desertado, o ha roto su contrato al solicitar otro empleo.


Artículo escrito por: Thomas Hale
Publicado en: Financial Times y Expansión