Cuando una organización entra en un periodo de crisis y replanteamiento de sus objetivos como organización se producen una serie de relaciones personales disfuncionales a nivel del comportamiento de los grupos o equipos de trabajo que integran la organización, como pueden ser: relaciones de desconfianza, dificultad para percibir los objetivos comunes, conflictos interpersonales, relaciones competitivas más que cooperativas, surgimiento de líderes negativos, entre otros factores negativos que influyen de forma importante en el clima organizacional.
Uno de los fenómenos que, por lo frecuente y atentatorio contra el buen funcionamiento de un equipo de trabajo, que vamos a describir más detalladamente es el del aumento significativo del fenómeno del rumor.
Se supone, justamente, que a la base del rumor se esconden factores de miedo y agresividad. El rumor se construye a partir de un exceso de especulaciones que, básicamente, tienen poca relación con la realidad y que van generando una verdadera red de conversaciones construidas sobre esas especulaciones y no sobre hechos o situaciones reales. Este fenómeno tiene una consecuencia directa en el clima organizacional porque distorsiona el conocimiento organizacional que es sustituido por una información manipulada.
A largo plazo –y aquí entramos en un terreno mucho más delicado para la organización que lo experimenta- si la situación no es adecuada y oportunamente resuelta, es decir, si no se toman las medidas organizacionales que ello requiere, se termina produciendo una alteración profunda a nivel de la cultura organizacional.
Partiendo de la base que tanto la inseguridad como la ansiedad que esta lleva asociada esencialmente surgen en la mente de las personas, son el producto de una percepción individual y la subsiguiente construcción mental que se va configurando, lo que sucede es que a partir de esas construcciones se va generando lo que se denomina un imaginario colectivo cada vez más despegado de la realidad.
Y es en ese imaginario, que originalmente puede tener su origen en el clima organizacional momentáneo, donde se va plasmando en definitiva una serie de rasgos de comportamiento que pasarán más tarde a formar parte de la cultura de la organización. Una cultura que, como producto de los problemas señalados, se alimenta de elementos que poco ayudan a la generación de un comportamiento colectivo que lleve a la satisfacción en el trabajo y a la eficiencia organizacional.
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