miércoles, 18 de julio de 2012

La iniciativa personal

El termino de iniciativa personal  fue propuesto por Frese y Fay (2001). Estos autores sugieren que este concepto refleja en mayor medida la necesidad de una concepción activa del rendimiento de las organizaciones actuales. 
La principal característica de la iniciativa personal es que se trata de una conducta laboral que se define como autoiniciada, por lo tanto, no es necesario que alguien diga que se debe hacer y no forma parte de las obligaciones o requerimientos, por lo que, frente a los objetivos establecidos, se hablan en este caso de los objetivos auto-impuestos; si bien es posible que las ideas y los objetivos ya hayan sido descritos con anterioridad, pero nunca puestos en practica en ese contexto. 
Ademas, en aquellos casos en que resulta muy difícil que la conducta de iniciativa sea autoiniciada, es decir, no forma parte de las tareas que una persona lleva a cabo, podemos pensar en sub-tareas o aspectos del trabajo, que no estan claramente descritos dentro de nuestras tareas. 
Un claro ejemplo de este aspecto es el de un operario en la linea de producción de una fabrica de automóviles que descubre que al taladrar cierta parte puede dañar otros cables ya colocados y decide avisar a sus compañeros para evitar ese daño de calidad. 
La segunda característica que define la iniciativa personal es la proactividad, que se trata de una conducta que esta orientada a largo plazo y no solo responde a una demanda. De esa forma, la persona con iniciativa esta preparada para tratar tanto con las oportunidades como con las amenazas o problemas inmediatamente. 
La tercera característica es la persistencia o capacidad de superar barreras para la consecución de un objetivo marcado, ya que es probable que al realizar los cambios necesarios para la consecución de un nuevo objetivo las cosas no vayan bien desde el principio. 
Puede suceder, por ejemplo, que un operario de una cadena de producción que sugiera un cambio en el procedimiento estandarizado de montaje, se encuentre con el rechazo de su supervisor inmediato o de otros compañeros a los que no les gustan los cambios, por lo que deberá ser persistente y demostrar que sus modificaciones son útiles, llegando, si fuera necesario, a comentarlo con otros superiores. 
La última característica que define la iniciativa personal es que debe de ser una conducta pro-organización, es decir, debe afectar de manera positiva en los resultados a corto plazo de la organización. 
De esa forma, no seria una conducta de iniciativa personal, por ejemplo, preparar una fiesta sorpresa de cumpleaños a un compañero de trabajo en horario laboral, aunque nadie nos haya pedido que la organicemos (conducta autoiniciada), anticipemos el acontecimiento (proactividad) y superemos todas las barreras que conlleva dicha preparación, ya que esa conducta no es pro-organización, porque no se beneficia a los objetivos a corto o largo plazo de la organización. 
Es una forma de diferenciarlas, todas las conductas proactivas no son necesariamente iniciativa personal. Si hemos de seleccionar en nuestro trabajo como profesionales de la psicología a personas que hayan de tomar decisiones de forma relativamente autónoma el constructo de iniciativa personal nos puede ser de gran ayuda.

Bibliografía:

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